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miércoles, 3 de agosto de 2011

Cada cual atiende su juego. Juegos infantiles de tradicion oral

II. Juegos de tradición oral

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El subir a la Cucaña más que fuerza quiere maña
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Anda la China la rueda y entre dos manos se queda
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Es en Carmona maestro quien es en tirar más diestro
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Para jugar al navero es preciso andar ligero
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Ni destreza ni donaire quiere la Pelota de aire
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La Rueda, con sus canciones, alegra los corazones
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ArribaAbajoJuego y literatura oral

El juego de tradición oral construye el alzado básico del ritmo y cadencia colectiva. El estribillo de los juegos danzados permite en su periódico retorno la participación coral, fijando nemotécnicamente una estructura binaria: verso + estribillo. Advertimos que la repetición, el ir y venir, sístole y diástole, implica la noción «de un concepto más amplio, muy importante en la poesía popular: la concepción binaria del movimiento poético», apunta Sánchez Romeralo55.
La recurrencia lleva en el «decir poético» popular una disponibilidad a que las palabras resuenen con lo anteriormente dicho, es decir a la rima.
Las pautas anotadas ya habían sido expuestas por Huizinga en Homo Ludens, un agudo ensayo sobre el rol del juego en la cultura del hombre.
La poesía compartida colectivamente es una forma de construcción lúdica del arte poético, porque
«la rima, el paralelismo de la frase, el dístico, tienen su sentido sólo en las figuras lúdicas atemporales de golpe y contragolpe, elevación y descenso, pregunta y respuesta, enigma y solución. Se hallan en su origen inseparablemente vinculadas con los principios del canto, de la música, de la danza, y todos imbricados en la primitivísima función del juego.»

(Huizinga: Homo ludens)56
               




ArribaAbajoAnálisis y comprensión de estructuras elementales en la poesía oral infantil

En el valioso estudio de Antonio Sánchez Romeralo sobre el villancico y la lírica popular en los siglos XV-XVI, encontramos sugerentes ideas que nos permiten aplicarlas a los textos de esta antología, algunos de ellos documentados en fuentes literarias del Siglo de Oro (por ejemplo, núm. 89).
Atendiendo a la vigencia oral-gestual, colectiva del juego a través del tiempo, consideramos las letras, cancioncillas, formulillas,   —60→   retahílas acompañantes al juego, como poesía tradicional infantil. Compartir la validez de esta afirmación resulta más inmediato cuando la letra es una forma poética reconocida; por ejemplo, coplas, seguidillas, romances. Los juegos de corro, escenificados, danzados, atesoran una gran riqueza de la lírica infantil, en formas poéticas fijas, pero también en gran variedad de versificación irregular. Por ahora hemos dejado deliberadamente los textos orales, fácilmente identificables en cuanto forma, para un posterior estudio de poesía infantil.
Concentramos la atención en las letras de los juegos (palabra-movimiento-cuerpo), cuyos textos nos incitan a otra lectura de lo poético, una mirada atenta a su multiformalidad, a una organización anterior a las formas poéticas fijadas. Siguiendo a Sánchez Romeralo57 subrayamos ciertas pistas claves:
  • Ciertas letras, retahílas de los juegos infantiles, no constituyen «un contenido poético determinado por una forma poética que los prefigura, sino un decir poético, cuya forma no es fija» a la manera de una copla, romance.
  • Este decir poético, es un decir rítmico, apoyado por los acentos, la dinámica del movimiento, el silabeo prosódico. El sinsentido de las retahílas de sorteo tiene un sentido rítmico y no conceptual.
  • El decir poético «va guiado por un cierto sentido de recurrencia que lleva a la rima».
  • En las letrillas nos encontramos con elementos de organización del texto oral, que no son las estrofas y la métrica, formas poéticas académicas, clásicas. Al hacer mención de esos elementos organizadores, hablaríamos de estructuras internas en el cancionero infantil.
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ArribaAbajoEstructuras básicas

Hemos considerado, con toda la inexactitud de que se recarga una clasificación58, tres núcleos organizadores:
1. Estructuras binarias
  • movimiento binario
  • diálogo: pregunta, respuesta
  • reiteración: verso y estribillo
2. Estructuras acumulativas
  • numerales (crecientes/decrecientes)
  • enumerativas
  • adicionales
  • encadenadas
3. Estructuras mixtas
1. Estructuras binarias
1.1. La estructura binaria supone un movimiento rítmico dual, y también conceptual. Dos elementos alternativos (A + B) arman la estructura, que aparece por debajo de la forma, y de la variación de versos, sílabas y métrica, con independencia de ellos.
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1.2. En la estructura binaria hallamos esquemas-diálogos: dos voces que, a manera de coloquio, desarrollan situaciones, a menudo ilógicas, en preguntas y respuestas (pregunta A - contesta B):
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  • Tin, tan, tin, tan.
  • ¿Quién se ha muerto?
  • Juan el del Puerto.
  • ¿Quién lo llora?
  • Su señora.
  • ¿Quién le canta?
  • Su garganta.
  • ¿Quién le chilla?
  • Su perrilla.

1.3. El diálogo deja oír las voces de los personajes, que manifiestan un deseo o petición, creando un núcleo dramatizado, una escena con personajes.
  • Vecinica,
    ¿ha visto usted a mis pollitos?
  • Por el río abajo van.
  • ¿Qué llevan en el pico?
  • Una cuchara de manteca.
  • ¿Quién se las ha echado?
  • ¡Los mantequeros!
  • Llámelos usted a ver si vienen...
  • ¡Pi, pi, pi, pi, pi!...
  • ¡Ya están aquí!

1.4. El movimiento binario aparece con toda claridad en la reiteración. Un elemento reiterativo -estribillo- conjuga con un verso alternativamente, o con un par de versos. Verso y estribillo alterno:


Cucú



cantaba la rana



cucú



debajo del agua


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cucú



pasó un caballero



cucú



vendiendo romero.




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Reiteración - estribillo:


Se me ha perdido una niña,



cataplín, cataplín, cataplero,



se me ha perdido una niña



en el fondo del jardín.



Pues yo la he encontrado,



cataplín, cataplín, cataplero,



pues yo la he encontrado



en el fondo del jardín.




2. Estructuras Acumulativas
Movimiento de seriación, elementos diversos reunidos, con voluntad de multiplicidad.
Aparece en estas estructuras:
2.1. un orden aritmético (estructuras numerales).
2.2. un listado, inventario de elementos lógicos o alógicos (estructuras enumerativas).
2.3. una suma de nuevos elementos creando una profusa relación (estructuras adicionales).
2.4. enlaza un elemento terminal con otro inicial, en un toma y deja (estructuras encadenadas).
2.1. Numerales
Por seriación lógica, encontramos ejemplos de organización numeral creciente:


Pico, pico, menorico,



quien te dio tamaño pico,


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la gallina, la jabada,



puso un huevo en la cebada,



puso uno, puso dos, puso tres,



puso cuatro, puso cinco, puso seis,



puso siete, puso ocho;



que se esconda este bizcocho



hasta mañana a las ocho.




y numeral decreciente:


Yo tenía diez perritos;



uno se murió en la nieve:



no me quedan más que nueve.



Yo tenía nueve perritos;



uno se tragó un bizcocho:



no me quedan más que ocho.




(Continúa «disminuyendo» hasta quedar sin ningún perrito.)
2.2. Enumerativas
Reunión de elementos a manera de un inventario, o listado de acciones, cosas, personajes:
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Un don, din, caluré, calureté;



un, don, din, la felicidad,



el estuche, las tijeras,



el bastidor para bordar.



Mira niña cómo cantan



las sirenas de la mar,



para ti la lima,



para ti el limón,



para ti la ro-sa del-se-ñor.



A mí una



con una mano



con un pie.



A la rueda del molino



de la Cruz de Jesús.





  
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2.2.1. Enumeración alógica



Un dan dimensé



era de la bamba sé



era comediante



cuqui mendi



la mamá de fifilandi



a quien salva usted mensé.




Tin Marinde



dos por tres



cúcara maca



títere fue



abre la caja



a ver quién es.




2.3. Adicionales
A partir de un elemento se suman otros, reiterándose cada nuevo elemento.
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A mi burro, a mi burro



le duele la cabeza



y el médico le manda



una gorrita negra,



zapatitos lilá,



zapatitos lilá.



A mi burro, a mi burro



le duele la garganta,



el médico le manda



una bufanda blanca,



una bufanda blanca,



una gorrita negra,



zapatitos lilá,



zapatitos lilá.




A mi burro, a mi burro


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le duele el corazón



y el médico le manda



jarabe de limón,



jarabe de limón,



una bufanda blanca,



una gorrita negra,



zapatitos lilá,



zapatitos lilá.



A mi burro, a mi burro



le duelen las pezuñas



y el médico le manda



que se corte las uñas,



que se corte las uñas,



jarabe de limón,



una bufanda blanca,



una gorrita negra,



zapatitos lilá,



zapatitos lilá.



A mi burro, a mi burro



ya no le duele nada



y el médico le manda



¡que salte de la cama!




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2.4. Encadenamiento
Un término final aparece en primer lugar del verso siguiente. En algunos casos se inicia una cuenta atrás (A), un efecto desencadenante...59


A) Ésta es la llave de Roma



y toma.



En Roma hay una calle,



en la calle, una plaza,



en la plaza, una casa,



en la casa, una alcoba,



en la alcoba, una mesa,



en la mesa, una jaula,



en la jaula, una lora.


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Saltó la lora,



saltó la jaula,



saltó la mesa,



saltó la alcoba,



saltó la casa,



saltó la plaza,



saltó la calle,



y aquí tienes a Roma



con todas sus siete llaves.




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B) (165) San Isidro Labrador



muerto lo llevan en un serón.



El serón era de paja,



muerto lo llevan en una caja.



La caja era de pino,



muerto lo llevan en un pepino.



El pepino era de aceite,



muerto lo llevan en un bonete.



El bonete era del cura,



muerto lo llevan a la sepultura.



La sepultura se abrió



y san Isidro se escapó.




Aunque hemos considerado el encadenamiento dentro del mecanismo de seriación, es decir, en las estructuras acumulativas, resulta que en el ejemplo B el encadenamiento, toma y deja, opera con un movimiento binario, debiendo considerar:
3. Estructuras mixtas (binarias-acumulativas)
3.1. Veamos dos ejemplos. En el primero consideramos que la enumeración es acompañada por un movimiento dual, correspondiente a la estructura binaria.


A la una sale la mula.



A las dos sale el reloj.



A las tres sale Andrés.



A las cuatro salta el gato.



A las cinco doy un brinco.



A las seis monta el pez.



A las siete pan y leche.



A las ocho un bizcocho.



A las nueve, alza la bota y bebe.





  
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3.2. En otro caso aparece el diálogo, dos voces alternándose (binario), yuxtaponiéndose al esquema encadenamiento.
  • ¿De dónde viene el ganso?
  • De tierras del garbanzo.
  • ¿Qué trae en el pico?
  • Un pollo mal pelado.
  • ¿Quién lo peló?
  • El agüita que cayó.
  • ¿Dónde está el agüita?
  • La gallinita la bebió.
  • ¿Dónde está la gallinita?
  • Poniendo huevos en su casita.
  • ¿Dónde están los huevos?
  • Los frailes se los comieron.
  • ¿Dónde están los frailes?
  • Diciendo misa en sus altares.
    Tarés Tarés cucururusé.
Radiografía de las estructuras
El análisis y comprensión de las estructuras elementales posibilita realizar un divertido juego de «desmonte» y construcción, como armar-desarmar un rompecabezas, activo puzzle poético. Desentrañar las técnicas y mecanismos de creación. Dibujar su huella en el espacio. Jugando a radiografiar, transcribimos en signos el armazón, y nos quedará este posible esqueleto, este gráfico del cuerpo, organización de las estructuras de encadenamiento:
Ésta es la llave de Roma.


ArribaAbajoDe la clasificación en la antología

- La suma de juegos-cantinelas ha sido agrupada según sus junciones, respetando la comunicación de los informantes. Responde la junción a la acción, movimiento, el cuándo, qué, para qué, se escoge tal o cual entretenimiento, cómo se practica y cuáles son «las palabras», recitadas o cantadas.
La funcionalidad lúdica de la letrilla es variable, según el grupo y procedencia de los jugadores: por ejemplo, ¿De dónde viene el ganso? Aparece aquí en distintos apartados (núm. 62, para balancear al niño en las rodillas; en el 183, para columpiarse; en otra versión no incluida, la letra era «un cuento para contar a los niños pequeños»). Otro tanto ocurre con otras cantinelas, y no dudamos que el lector necesita re-clasificar el juego, pues el texto recordado amplía una funcionalidad diferente.
- La descripción sucinta de la manera de jugarlos no aparece junto a la letra, sino en Notas para jugar (ver págs. 109-119). Nos ha guiado el doble criterio, de clasificarlos según su funcionalidad, y, al mismo tiempo, dar el ritmo de la palabra, lírica continuidad y recurrencia, sin interrupción o quebrantamiento de la descripción.
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Clasificación
I. Dichos y juegos de los primeros años
  • Retahílas/dichos para mover las manos.
  • Balanceos, galopes en las rodillas.
  • Enseñarles a andar, saltar.
  • De cosquillas, risas.
  • De curar.
  • Conjuros-invocaciones.
II. Juegos, rimas, retahílas
Juegos de acción y motricidad
  • Movilidad-inmovilidad.
  • De tiento (a ciegas).
  • Saltos.
  • Escondite, persecución.
  • Otros.
Juegos con objetos
  • Piedrecillas, huesos, hilos.
  • Canicas, bolos, palos, chapas.
  • Pelota, trompo, etc.
  • Otros.
Retahílas de sorteo
Juegos rítmicos
  • Manos/palmas-botando pelotas.
  • Cantarcillos de comba.
  • Columpio.
  • De corro:
    Con movimiento.
    Formando calles, pasillos, arcos.
    Con mímica, escenificados.
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En el bloque I incluimos los dichos familiares, rimas de palabras y aprendizajes de movimiento (cosquillas, balanceos, reconocimiento de las manos) del niño pequeño (0 a 3 años).
En el bloque II, juegos de niños (4-8 años), participantes ya de grupos infantiles de edades varias. Aunque esta clasificación adolezca de imprecisión, hemos dejado para el tercer volumen de esta colección las adivinanzas, trabalenguas, canciones y romances por predominancia lírica.
En este muestreo adoptamos las versiones notoriamente ligadas a la noción juego-movimiento-ritmo, otorgando relevancia a
  • palabra y movimiento corporal, en un ritmo binario (balanceo, saltos entre dos); ritmo-acción-prosodia (juegos de columpio, palma-pelotas),
  • palabra encantación-conjuro (magia, invocación a la naturaleza),
  • palabra sin sentido, sonsonetes, reiteración, ritmo (retahílas de sorteo),
  • palabra en acción-situación de juego de imitación. Esbozo de juego dramático (El milano, Lobo, ¿estás?)
Atestiguando el proceso de la tradición oral, que adopta y adapta, la letra, arropada en lo colectivo, crea variantes. Hemos incluido algunos ejemplos de cómo un texto, prescindiendo aquí de su funcionalidad, se transforma, ligándose en otro texto, y cambia radicalmente. Ver el caso de Pipirigaña (43), Pinto maraña (45, 46, 47).
Letras y retahílas de tradición oral, recogidas en la antología, constituyen un muestrario, de material de nuestra colección (CAP), realizado entre 1976-84, en lenta, fascinante recuperación de juegos colectivos. Múltiples y variadas voces resuenan en el juego de cada quién. Recuperadas oral-lúdicamente en pueblos, plazas, patios y aulas escolares, cursos para educadores de variada procedencia geográfica, grupos de trabajo, comunicaciones de amigos y familiares de amigos60. Las edades de los informantes discurren entre los 7 y 70 años. Las letras, ritmos, gestos, del material incluido viven, cuerpo vivo.
Para que las doscientas y tantas retahílas-juegos aquí impresas desplieguen su potencial y magia convocadora, necesitan de la   —72→   memoria y recreación, del impulso vital, museo vibrante y sonoro del juego de cada cual. Sólo así nos será dado compartir nuestro-vuestro universo lúdico con la infancia próxima, restituyendo este diminuto microcosmos de lenguaje y acción a la cotidianidad del niño pequeño61.
Atando hilos, pacientemente tirando de hilos, he ovillado una madeja, sólo perceptible su movimiento encantatorio, lazo, nexo, heredad, al desmadejarlo en personal vivencia.
Entrego el espejo de una prodigiosa madeja por devanar: su propia memoria.
Tres movimientos para que los textos, en fascinante maqueta, desplieguen la horizontalidad y la verticalidad del juego:
  • Reconstruir su memoria.
  • Reconstruir el movimiento-ritmo-espacio-tiempo.
  • Transmitir a los niños. Continuidad incesante de este/ese legado.
Y ahora por fin


atienda su juego



y el que no, el que no,



una prenda pagará.




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    Cada cual atienda su juego : de tradición oral y literatura
     Ana Pelegrín
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