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miércoles, 3 de agosto de 2011

Cada cual atiende su juego. Variaciones de la gallinita ciega

ArribaAbajo3. Variaciones sobre la gallina ciega

Estos textos, escritos por niños de 12 años y por jóvenes de 16 a 17, responden a la propuesta de trabajo creativo, uniendo nexos literarios con la memoria, presente o cercana de su infancia. Construido sobre diversos «climas» y emociones, los textos juegan a jugar con el disparate, la palabra seudocientífica, la rima, el absurdo, el clima tenebroso, caligramas. Emilia Rueda llevó al aula73 la hipótesis de trabajo: Definición. Descripción de un juego en diversos estilos. De los excelentes textos producidos incluimos algunas variaciones sobre:
La Gallina Ciega
(I)

  • Dícese del juego consistente en tomar una gallina, vendarle los ojos y subirla a un árbol.
  • Los componentes del juego se colocan debajo del árbol.
  • Se mueve el árbol vigorosamente hasta que caiga la gallina.
  • Sobre quien caiga la gallina, ocupará su lugar en el árbol, y la operación se volverá a repetir tantas veces como jugadores haya.
  • Gana el jugador que caiga de la manera más parecida a una gallina ciega cayendo de un árbol.
(II)

  • Dícese del juego que se juega de esta manera:


«Buscar una gallina



de cola amarilla



de pico redondo



venido del Congo



con patas a rayas



y muchas agallas».



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  • Se coge la gallina que sea chiquitina y se le da vueltas. Con el pico amarillo se come un grillo. Con su cola amarilla señala una   —148→   hebilla, que corresponde a una gran zapatilla. El niño que tenga esa zapatilla, buscará la gallina de cola amarilla y así seguirá con la gallina, hebilla y zapatilla amarilla.
(III)


Pueril, «paídico» e infantil juego.



Castiza, mesetaria y castellana juerga,



qué divertida, alegre y felizmente juegan



los oculados, videntes y azorados niños,



mofándose del topo atinieblado y ciego



compañero del alma, compañero



gallinero del alma, gallinero.



(IV)
Dícese de una gallina grande con plumas cortantes y afiladas, que además de ser ciega y terrorífica es espantosamente invidente, tanto que ni siquiera tiene ojos y en su lugar lleva dos grandes oquedades fosforescentes que destellan en la oscuridad.
Comienza el juego cuando los buitres comienzan a esconderse en la oscuridad desgarradora. Los participantes salen al bosque con los cuerpos cubiertos de sábanas blancas para verse entre ellos. Se esconden y esperan. Entonces la gallina, la enorme gallina negra, se acerca sigilosamente, emitiendo sonidos espeluznantes, y con sus descarnadas garras va tanteando por entre los pinos, cortando el aire con las alas amenazadoras. Los blanqueados, que son sus contrarios, saltan de un lado para otro asustados, buscan salir del bosque, pero nunca podrán conseguirlo pues la gallina lo domina todo. Si llega a alcanzar alguno de ellos, sube a lo alto del monte volando y chillando con sus presas entre las garras.
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—149→   

ArribaAbajo4. Juegos de la infancia en aucas y aleluyas

Llamadas aucas en catalán y aleluyas en castellano, género de literatura popular difundida especialmente en el siglo XIX y principios del XX, circularon profusamente en las ventas callejeras de pliego de cordel, boticas y pequeños comercios donde acudían los niños para comprar manuales y abecedarios escolares.
Estos pliegos de imagen narrativa contienen vidas de hombres célebres, novelas, obras teatrales en boga. Desarrollan la de sus 48 viñetas, ya por el pie rimado74.
La forma poética rimada más porcentualmente la más utilizada, aunque un número considerable de aucas llevan pie en tercetos y cuartetos. En el habla cotidiana se denomina aleluya al pareado.
Dentro de los «géneros» de la aleluya, según Caro Baroja, hay una sección estrictamente infantil. Cuentos, mitología, abecedarios, barajas, loterías, vidas absurdas, animales pintados por sí mismo, juegos75.
Pliegos efímeros en manos infantiles, hemos catalogado tres aucas/aleluyas sobre juegos de la infancia. Jochs d'infanteça, Valencia, 1674, impresiones sucesivas en Valencia, Barcelona; y dos Aleluyas juegos de la infancia, del siglo XIX. La primera lleva el núm. 64, con pie de imprenta Madrid, Juanelo, 19 (¿1870?); la segunda, el núm. 98, Sucesores de Hernando, ateniéndonos a la que poseemos, posiblemente una de las múltiples reimpresiones, aunque los dibujos nos indican el tercio final del XIX.
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1. Auca Jochs d'Infanteça (serie Valencia), Jocs de la Infancia (Barcelona)
Impresa en Valencia por Benet Macé, mercader de Libros, Any 1674, -reeditada en 1725, 1735, 1751-, sin texto, evidentemente la más antigua sobre el tema tratado, reproducida en el libro de Gayano76. El dibujante de las viñetas toma la serie de 52 grabados franceses del XVII, «Les jeux et les plasirs de l'enfance», realizados por Claudine Bouzonnet, según documenta Duran y Sempere77. Valiosa por su repertorio iconográfico de las diversiones de la niñez del   —154→   siglo XVII, esta valenciana auca de gordonzuelos, desnudos niños renacentistas, es similar a la serie impresa en Barcelona.
  —150→  
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1. Niños, ved aquí pintados, vuestros juegos apreciados.
2. El Pinto, Pinto, en verdad, es juego de tierna edad.
3. El Peón, bien entendido, es un juevo divertido.
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7. A la Comba, como ves, juegan por lo menos tres.
8. El Chito requiere maña para hacer caer la caña.
9. Es la Toña peligrosa, diversión poco graciosa.
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13. Alza la Cometa el vuelo, llegando a tocar el cielo.
14. Los que al Escondite juegan, al más diestro se la pegan.
15. En la Rayuela, destreza debe tener el que empieza.
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19. Es en el Marro vencido quien es menos atrevido.
20. Al Cucharón, el vendado paga si no es despejado.
21. Los Zancos a grande altura, unas que juego es travesura.
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4. Es preciso en la Pelota saberla dar cuando bota.
5. Hace a las niñas gozar el ver el Aro rodar.
6. Juegan saltando el Cordón los niños con afición.
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10. Anda el Volante con arte cruzando de parte a parte.
11. No sea lerdo el que juega a la Gallinita ciega.
12. El Boliche, cierto, es juego ed mucho tino y sosiego.
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16. El juego de Moscardón es de mucha diversión.
17. A las Cuatro-esquinas gana quien más en correr se afana.
18. Los muchachos más traviesos juegan al Quebranta-huesos.
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22. En los Bolos, la jugada hace la bola impulsada.
23. Quiere el Columpio firmeza en las manos y cabeza.
24. El Toro siempre depara movimiento y algazara.
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25. El subir a la Cucaña más que fuerza quiere maña.
26. Anda la China la rueda, y entre dos manos se queda.
27. Es en Carmona maestro quien es en tirar más diestro.
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31. Para jugar al Nabero es preciso andar ligero.
32. Ni destreza ni donaire quiere la Pelota de aire.
33. La Rueda, con sus canciones alegra los corazones.
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37. La Viejecita es un juego que una niña aprende luego.
38. La Campanada es el dar sin reír y sin hablar.
39. No sea en saltar escaso el niño que juegue al Paso.
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44. Vale una niña un tesoro jugando a la Cinta de oro.
45. A-la-limón, van cantando las del uno y otro bando.
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28. El juego de la Sortija es de puntería fija.
29. Regocijo siempre alcanza el juego de la Balanza.
30. En el Tejo, los que juegan ganan cuando al punto llegan.
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34. Es fuerza, jugando al Lobo, no ser pesado ni bobo.
35. El Calienta-manos es tan sencillo como ves.
36. Juegan al San-serení las niñas así, así
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40. Las niñas que juicio tienen, con Muñecas se entretienen.
41. A los niños da alegría ver la Fantasmagoría.
42. Brinque ligero y bien alto aquel que jugare al Salto.
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46. Los muchachos pequeñitos juegan a los Soldaditos.
47. Hacen el Molino, andando, dos niñas casi volando
48. Tras el día bullicioso, viene a la noche el reposo.
Amades incluye en su Catálogo auquero78 varias reimpresiones de los editores barceloneses. Publica posteriormente un interesante comentario comparativo con juegos infantiles contemporáneos, en un raro, inconseguible ejemplar: Auca del jocs de la mainada79.
El repertorio consta de las siguientes escenas en viñetas numeradas:
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  • 1. Balanceos en cuna
  • 2. Imagen de niña
  • 3. Juego de caballito de palo
  • 4. Máscaras
  • 5. Balancín
  • 6. Peonza de látigo
  • 7. Niños en carritos
  • 8. Alfileres
  • 9. Peonza
  • 10. Comba
  • 11. Saltar y parar
  • 12. Saltar el fuego
  • 13. Pompas de jabón
  • 14. Juguete de coche-carroza
  • 15. Comba
  • 16. Chapas
  • 17. Arco y flecha
  • 18. Tejos
  • 19. Gallina ciega
  • 20. Columpio
  • 21. ¿Bolas? ¿Canicas?
  • 22. Juguete de un cañón
  • 23. Tejos
  • 24. Juego con monedas
  • 25. Canicas
  • 26. Hacer rodar nueces
  • 27. Tres en raya
  • 28. Rayuela espiral
  • 29. Juego de soldados
  • 30. Pelota paleta
  • 31. Juego con cerezas
  • 32. Juego de la argolla
  • 33. Espadas
  • 34. Pídola-burro
  • 35. ¿Hacer el pino?
  • 36. Lucha
  • 37. Cometa
  • 38. El hinque
  • 39. Saltar a la cuerda
  • 40. Jugar con mazos
  • 41. Molinillos de viento
  • 42. Volantes/paleta
  • 43. Juego con bolas
  • 44. Juego con nueces
  • 45. ¿Juego con chapas en dibujo cuadriculado?
  • 46. Bolos
  • 47. Tejos
  • 48. Rayuela
2. Aleluyas. Juegos de la infancia. Madrid, XIX
En el catálogo del impresor catalán Marés, establecido en Madrid, posteriormente en la   —155→   serie de Hernando, figuran dos aleluyas Juegos de infancia, en los números 64 y 98.
2.1. Juegos de la infancia (núm. 64), aquí reproducida, pertenece a la colección de aleluyas, sección estampas, de Bellas Artes, Biblioteca Nacional de Madrid; grabados en papel de hilo, importante documento de juegos tradicionales de la segunda mitad del XIX.
Varios de estos juegos siguen hoy siendo entretenimiento de los niños, exceptuando algunos de acción, Carmona (v. 27); de industrialización incipiente, la máquina de Fantasmagoría (v. 41); juegos de corro cantados y danzados de niños, La viejecita (v. 37); Cinta de oro (v. 44), prácticamente desaparecidos. Cinta de oro, un bello romance danzado, clasificado como «Elección de novia» en el catálogo Menéndez Pidal, es muy popular en los corros de México, Colombia y Argentina80. Cada viñeta de este pliego, al igual que la aleluya núm. 98, lleva su correspondiente pareado, muy elementales y, a veces, claramente forzados.
2.2. Juegos de la infancia, (núm. 98), en económico papel coloreado, como se imprimieron más tarde estos pliegos, archivado ya el papel de hilo, impresión descuidada, dibujos de trazos borrosos, en la edición que manejo de mi colección (¿1918?).
Comparándola con la núm. 64, anotamos entretenimientos análogos, así como la inclusión de nuevos/viejos juegos.
Juguetes, sonajeros (v. 1-2); muñecos dislocados (v. 20); caballos de escoba, cartón (v. 5-6); globos de gas (v. 13); juegos de papel: pajaritas, barcos, (v. 14); soldados de plomo (v. 15); mirar estampas (v. 46), un cuadro costumbrista madrileño; los coches tirados por corderitos (v. 4); jugar a procesiones (v. 18); moros y cristianos (v. 38); justicia y ladrones (v. 39); calientamanos (v. 25); tres en raya (v. 41).
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22 Juegan a las aleluyas cada uno con las suyas.
La viñeta núm. 22 documenta que las aleluyas cumplen una doble función: a) una precaria iniciación a una literatura popular; b) un juego, materia de juego en sí misma, lotería, sorteo, recortables.
Una vez más, en el comienzo, juego literatura-imagen.
Recuerda el catalán Eduart Vidal Valenciano que en su infancia (¿1850?) esperaban con avidez la publicación de nuevas aleluyas. Leídas, vistas una y   —156→   otra vez, aprendían los pareados de memoria.
Para proseguir entreteniéndose con las aleluyas, recortaban las viñetas, las jugaban ocultando los números; quien acertara con el número, ya por reconocer la imagen, o el pareado, ganaba; las sorteaban a cara o cruz. El divertimento más apasionante consistía en jugarlas a la lotería, ya fuese con 24 o 48 viñetas. La banca recortaba una aleluya, ponía las viñetas -redolins- en una bolsa e iba «cantando» los números y pareados. A igual que el mecanismo de la lotería, el que primero hubiera cubierto todos los números ganaba81.
Aucas/aleluyas han desaparecido del entretenimiento de los niños. Queda como un documento para investigación, para comprender las formas populares de literatura infantil y juego. Pero no ha desaparecido su ingenua magia, su primitiva forma, su interesante estructura abierta. Propuesta como técnicas de creación, plástico-literaria, los niños cuentan y arman sus propias aleluyas.
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    Cada cual atienda su juego : de tradición oral y literatura
     Ana Pelegrín
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